No es necesario que compres un montón de prendas distintas premamá, ya que las vas a usar poco tiempo y algunas son realmente caras. Aunque en un principio pueda parecerte que no, con tres o cuatro conjuntos diferentes que sean intercambiables tendrás suficiente.
A la hora de elegir tu nuevo vestuario debes tener en cuenta, fundamentalmente, dos cosas: que sea cómodo, práctico y no influya negativamente en tu estado; olvídate de zapatos excesivamente cerrados, cinturones, camisetas, prendas interiores ajustadas.
Blusas y blusones
Lo ideal es que tanto blusas como vestidos sean amplios, muy anchos y que caigan directamente desde el cuello, sin tener ningún plegue ni adorno en la cintura. Debes procurar que todo lo que te compres no suponga ningún estorbo en ningún momento; con ello evitarás posibles caídas, mareos, malestar general, etc...
En las tiendas especializadas en ropa para futuras mamás, encontrarás prendas con elásticos y pliegues para que se vayan adaptando a tu cuerpo, a medida que vayas engordando. Hoy en día, los diseños son muy variados y cada vez son más las colecciones, que crean para las mujeres que esperan un hijo.
Los blusones resultan especialmente prácticos ya que además de poder combinarlos tanto con faldas como con pantalones, te permitirán utilizarlos también después de haber dado a luz. Si te gustan las túnicas no tienes ningún problema durante todo el embarazo.
Pantalones
Los pantalones, incluso los vaqueros, se hacen con un elástico en la cintura, que se va ensanchando. También podrás encontrarlos de pana y algodón; tipo chándal e incluso de vestir, pues estar embarazada no significa dejar de asistir a fiestas y espectáculos. Los adornos de blusas y vestidos conviene que no están cosidos en la cintura para permitirte mayor libertad de movimientos. Recurre, en las ocasiones especiales, a prendas con escotes llamativos o mangas con detalles para que la atención no se centre en la cintura.
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