Con este ejercicio vamos a relajar nuestra base del cuerpo que son los pies.
Es indicado después de una jornada laboral intensiva con el resultado de pies doloridos, cansados o con sensación de "fuego", también es recomendable para problemas de varices. De forma natural, sencilla y muy económica vamos a ver como nuestros pies se liberan de toda tensión con el resultado de una relajación y sensación de alivio en la zona y en general en todo el cuerpo.
Antes de comenzar el ejercicio vamos a tomar dos toallas pequeñas (tamaño de una servilleta) que humedeceremos con agua y unas 10 gotas de mentol líquido por toallita (de venta en herboristerías o grandes almacenes) y las metemos en la nevera o frigorífico (No al congelador).
Nos hacemos con una palangana o cubo le pondremos agua calculando que la medida sea hasta cubrir mínimo nuestros tobillos. La temperatura del agua ha de ser templada (max. 30 grados C. ). Añadimos cuatro puñados de sal gorda (100 grs. Aprox.) y un chorrito de vinagre de manzana (en su defecto vale cualquier otro) e introducimos los pies de 15 a 20 minutos, vamos moviendo los dedos y acariciando la sal con la planta de los pies.
Si tienes sabañones no añadas sal ni vinagre. La temperatura del agua y de las compresas ha de ser ambiental.
Con herida abierta previamente se ha de desinfectar y aunque la sal y el vinagre no perjudica, si escocerá.
Una vez terminado el baño de los pies, procedemos a la segunda parte:
Buscamos un lugar para tumbarnos que sea totalmente cómodo, lo ideal es una cama que tenga una parte pegada a la pared, sino es posible utilizaremos el suelo con una colchoneta, mantas, esterillas etc pero que sea seguro para nuestra espalda, y las ponemos que toquen a una pared. Ahora recogemos las toallitas de la nevera y las dejamos a nuestro lado. Cubrimos los tobillos con las compresas y procedemos a tumbarnos con el culete bien pegado a la pared, es decir la espalda recta y las piernas en alto también rectas (forma de L vista desde el frente).
En ningún momento hemos de hacer presión con las lumbares, piernas o abdominales. El propósito es la relajación no el esfuerzo físico, por lo que no hemos de sentir dolor. Si se da el caso de que no puedes tener las piernas rectas porque te da calambres o notas presión en alguna zona, no fuerces y haz hasta donde puedas. Si padeces de problemas de espalda se prudente.
El tiempo en esta postura es dependiendo de cada persona, pero para comenzar con 7 minutos es suficiente, ya iremos avanzando cuando tengamos mas flexibilidad.
Cerramos los ojos y visualizamos con un rayo o luces blancas entran por la planta de los pies, son vórtices de energía que nos "limpian", giran y nos dan sensación de bienestar, entran y salen ... etc. Disfruta de este momento, siente su poder. Concluido nos reincorporamos lentamente, NUNCA de golpe.
Bajamos las piernas de lado y poco a poco nos levantamos. Este ejercicio lo puedes realizar siempre que desees, es beneficioso y muy saludable.
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