lunes, 13 de mayo de 2013

La Mieloterapia Casera



La mieloterapia es un tratamiento que se realiza principalmente con miel pura de abejas y es aplicada directamente sobre la piel. 

La miel tiene importantes cualidades y  múltiples propiedades antisépticas, nutritivas, antinflamatorias, antimicrobianas y bactericidas. La miel de forma ingerida se utiliza en muchos tratamientos naturales para combatir y mejorar, afecciones bucales, digestivas, intestinales, expectoraciones etc. 

Su uso a modo corporal es un excelente cicatrizante, exfoliante y máximo nutriente para pieles  semisecas, secas o escamadas. Disminuyendo notablemente el envejecimiento prematuro de la piel, aportando brillo, elasticidad y frescura.

La mieloterapia profesional es realizada específicamente  en centros de belleza y spas. No obstante, existe la alternativa de poder realizarse a modo casero, con la misma efectividad a nivel de nutrientes, salvando lógicamente las diferencias profesionales (masajes y tratamientos complementarios añadidos). 

Es recomendable realizarlo unas dos veces al año por un profesional y una vez cada 40 días a modo casero. De este forma, no dejaremos de disfrutar de los complementos (masajes etc...)  que exclusivamente tenemos en los centros profesionales y a su vez también ahorraremos notablemente si por otra parte se realiza periódicamente en casa. 

Preparación:


  • Dependiendo de la complexión de la persona, se necesitan de 2 a 3kg. de  miel natural (sin aromas). Para una persona de 1,75cm y de complexión media con 2kg. de miel es suficiente.  
  • Aceite de oliva virgen (de 150 a 300 ml.)
  • Se mezcla enérgicamente hasta que su textura permita extenderse con facilidad, que aun siendo "enganchosa", se deslice bien por la piel. No utilizar agua, ya que se harían grumos y rebajaría la calidad.
  • Calentaremos dos toallas medianas (ha de cubrir todo el cuerpo).  Hemos de hervir agua en una olla grande. Seguidamente se retira la olla y se coloca en su base una tolla, y a continuación se tapa la olla con la otra toalla. Se dejan que se templen, hasta que las necesitemos. ( situada cerca de la camilla, etc..).
  • Dispondremos de una sábana impermeable grande que nos permita envolver todo nuestro cuerpo (exceptuando cabeza).




Técnica:

Nos preparamos creando un ambiente agradable a nuestro gusto personal (música, incienso, etc...).

Utilizamos una superficie lisa y cómoda (esterilla, colchoneta, camilla o cama). La cubrimos con la sábana impermeable (hacia arriba) dejando colgando la parte con la que nos cubriremos posteriormente el cuerpo.

Si dispones de compañía y que te puedan ayudar en la  zona de la espalda perfecto, de lo contrario  has de untar la camilla, esterilla etc...  con la miel para cuando te tumbes la espalda y piernas se impregnen.

Seguimos con la parte delantera del cuerpo, remarcando las zonas más ásperas (rodillas, codos).  Cuando nuestro cuerpo ya está untado de la miel, recogemos las toallas ya templadas y las envolvemos rápidamente en papel de aluminio (para no perder el calor). Nos tumbamos en la camilla etc.. y nos tapamos con la parte restante de la sábana impermeable. Dejando los brazos fuera concluimos cubriendo la sábana con las toallas.

Durante unos 20 minutos (mínimo) vamos a desconectar y nos relajamos tranquilamente para disfrutar conscientemente de la placentera sensación que nos ofrece esta terapia casera.

Finalizamos retirando la miel restante con una ducha  (sin jabón) o si lo prefieres con toallas húmedas. Nuestra piel habrá quedado  bien nutrida, fresca y con brillo.

Pruébalo y descubrirás agradables sensaciones y muchos beneficios para tu piel. 

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