Además de antiestéticas, las durezas en los codos pueden producir picores y molestias muy desagradables.
Para acabar con ellas, existe un remedio casero muy sencillo.
Debes mezclar una yema de huevo, dos cucharadas de aceite de oliva y unas gotas de zumo de limón.
La crema, bien homogénea, hay que mantenerla sobre la zona hasta que la piel la absorba por completo.
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