Si preguntamos cuál es el principal motivo de separación de las parejas la mayoría nos dirían cosas como las siguientes: falta de entendimiento sexual, falta de comunicación ó el engaño por una de las partes.
El tema se ha estudiado en profundidad por parte del Dr. John Gottman psicólogo de la Universidad de Washington, con una muestra de más de dos mil parejas de voluntarios, en dicho estudio se evaluaron a las parejas mientras discutían, a la vez se medían ciertos parámetros físicos como: el ritmo cardiáco, la sudoración, los valores hormonales, la presión y el ritmo respiratorio. Este psicólogo concluye que en los mensajes más hostiles entre los hombres y mujeres que convivían durante mucho tiempo se esconden ciertos gestos, formas de actuar y de mirar totalmente inapreciables por parte de un observador externo. Una frase banal como: "Has hecho la compra…" pronunciada en un tono de voz normal puede esconder viejas tensiones, y alterar los resultados de los parámetros físicos medidos.
A diferencia de lo que normalmente se piensa el estudio de Gottman concluye que no es cierto que las parejas que más discuten son las que se separan más rápido, ni que las parejas que nunca afrontan sus problemas son las que duran menos tiempo. Siguiendo con esta lógica se concluyó que analizando el modo de afrontar los conflictos de una pareja se puede determinar si tiene futuro o no en un con un 95% de acierto.
El aspecto que al parecer es el más importante es que los momentos de tensión estén compensados por momentos de afecto, gratificaciones, halagos y apoyo mutuo. Y que en los conflictos se evite una escalada que llegue a desencadenar el llamado "flooding emotivity" o "alud emotivo", esto no es más que una reacción psicológica que inunda el organismo e imposibilita cualquier tipo de comunicación con la pareja.
En el origen de este "alud emotivo" se encuentra una mala forma de expresar lo que se siente y de dejar inconcluso momentos negativos vividos en pareja.
A diferencia de lo que normalmente se piensa el estudio de Gottman concluye que no es cierto que las parejas que más discuten son las que se separan más rápido, ni que las parejas que nunca afrontan sus problemas son las que duran menos tiempo. Siguiendo con esta lógica se concluyó que analizando el modo de afrontar los conflictos de una pareja se puede determinar si tiene futuro o no en un con un 95% de acierto.
El aspecto que al parecer es el más importante es que los momentos de tensión estén compensados por momentos de afecto, gratificaciones, halagos y apoyo mutuo. Y que en los conflictos se evite una escalada que llegue a desencadenar el llamado "flooding emotivity" o "alud emotivo", esto no es más que una reacción psicológica que inunda el organismo e imposibilita cualquier tipo de comunicación con la pareja.
En el origen de este "alud emotivo" se encuentra una mala forma de expresar lo que se siente y de dejar inconcluso momentos negativos vividos en pareja.
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